Critikrte

El Arte en sus diversas expresiones, coexiste desde la antigüedad con el ser humano. Prestándose como valiosa herramienta para su expresión y comunicación con los demás, permitiendo que el hombre extienda a través de los tiempos su campo de relaciones con las generaciones venideras. No concebimos una vida sin arte, no ideamos ni proyectamos una Comunidad Educativa restringida en la expresión constante de sus máximos valores, éticos y estéticos. En este sentido, pensamos en una Educación Artística para todos y de todos, inherente como la cultura misma de cada pueblo. El Arte nos dignifica y simultáneamente nos permite reconstruir la historia de la humanidad. Los elementos que se conjugan, a decir: expresión, comunicación, comprensión, crítica y disfrute estético producen una oscilación en el interpretante entre el goce por lo bello y el contenido de la obra artística.
Es fundamental entonces, utilizar el arte en la educación integral del niño. Ampliar el abanico de posibilidades que permitan escoger y ensanchar la materialización de su pensamiento. En estos tiempos donde se discute por mejorar la calidad educativa, donde cada libro de pedagogía expone su tesis tan bien fundada, sobre los saberes primarios y secundarios de la curricula, donde discutimos en las escuelas sobre lo esencial y accesorio y coqueteamos con los nuevos conceptos que enseñan los formadores docentes.
La realidad supera a la ficción y la teoría a la práctica. El niño encuentra un vacío de ejecución y relación entre los que se enseña en la escuela y lo que necesita para relacionarse e incluirse en su sociedad. El mismo cuerpo administrativo, sumado al docente, sea de arte o no, se halla alienado por la excesiva burocracia y falta de autonomía en las decisiones que le competen a la misma escuela.
Se configura entonces un campo educativo excesivamente complejo en la mayoría de sus aristas. Para esto y dejándonos de galantear con la dialéctica folklórica que para nada aprovecha, nos urge la necesidad de presentar el arte desde su más sencilla esencia: La comunicación expresada desde los sentidos.
Es interesante pensar en una pedagogía holística entendida y organizada además de los intereses y placeres de los alumnos, pero ¿Bajo qué criterios? ¿Quién decide que le interesa al niño y como debe enseñarse? ¿Acaso el diseño curricular que fluctúa entre la política de turno y la Iglesia, piensan en un alumno competente desde el punto de vista artístico?. En la actualidad las políticas educativas, en nuestro país, en alguno de sus aspectos ha introducido la idea de mejorar y recrear el campo artístico del alumnado. La creación de talleres en las escuelas en sus diversos formatos: Teatro, Radio, Murga, Televisión, Arte y Tecnología han provisto a la Comunidad Educativa otra herramienta pedagógica para mejorar el sistema de enseñanza aprendizaje del niño.
De acuerdo a mi experiencia en las instituciones que trabajo, las mismas se proponen mediante la utilización de los mencionados talleres , desarrollar y desplegar nuevos espacios de comunicación y expresión en la oferta propuesta a los alumnos. La articulación, no solo como idea o concepto, sino como proyecto viable y ejecutable, tendrá pues como eje coyuntural, el esfuerzo por corregir, renovar y suplir la necesidad de perfeccionar las carencias sustantivas pedagógicas en la institución para que el alumno halle relación entre lo que se le enseña en la escuela y lo que vive a diario.
Un pertinente ejemplo de articulación institucional de áreas se halla dado entre el taller de Murga. Estudiando desde las Ciencias la historia de la murga, la creación y lectura de textos a cantar con la debida expresión en Lengua, la invención y ejecución rítmica en Educación Musical, la preparación, bordado y decorado de la vestimenta en Actividades Prácticas, la preparación física y coordinación corporal en Educación Física y el mantenimiento y construcción de elementos (palillos) para los instrumentos de música desde el Taller de Carpintería, entre otras cosas.
Retomando los espacios propuestos, los mismos se implementan con el propósito de perfeccionar e innovar la calidad de lectura, expresión y comprensión en ambos ciclos. El espacio artístico se configura entonces como una oportunidad única e inmejorable de inclusión, en la escuela y la comunidad. Por un lado, el niño en la escuela se ase del arte para disfrutar, alegrarse, formarse y aprender más de sí y de sus semejantes, por otro, en su sociedad, y tal es el caso de la Murga, el educado se vale para expresar sus más intensas emociones desde el canto, la danza y el teatro mismo, develando, amén de sus pintorescos trajes y caras bellamente maquilladas de sueño y fantasía, su pasión por el Arte que los dignifica y les permite sentirse respetados por todos cada ves que se escucha el grito de: “Rumbaaa”.